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miércoles, 11 de febrero de 2009

Una cucharadita de Luna

Hoy perseguí a la Luna y me trajo a la memoria esto:


La Luna

Jaime Sabines

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo;
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y a las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se ha dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la Luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
Para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis perfectas y controladas.







miércoles, 28 de enero de 2009

Sobre el periodista del siglo, el que sobrevive.


“Nuestra profesión es una lucha constante entre nuestro propio sueño, nuestra voluntad de ser completamente independientes y las situaciones reales en que nos encontramos, que nos obligan a ser, en cambio, dependientes de los intereses, puntos de vista, expectativas de nuestros editores”, decía Riszard Kapuscinski (periodista polaco, 1932-2007).
El conservó esa voluntad hasta el final, y sólo queda reflexionar sobre su forma de hacerlo, en un país donde el periodismo libre apenas existe. “Los medios de comunicación se mueven en manadas, como rebaños de ovejas; no pueden desplazarse de forma aislada”, describía el periodista del siglo. Ese “rebaño” –como lo llamo él— va a los mismos lugares y habla de lo mismo en diferentes periódicos y, sólo en la superficie, de distinta manera.
Cuando entré a la carrera de Ciencias de la Comunicación, pensé que ésta era la profesión más apasionante, activa y satisfactoria. Pero cuando conocí –dentro de un medio—el amarillismo, autoritarismo y la falta de ética, mi percepción cambió. Sigo creyendo que es un oficio emocionante, lleno de posibilidades, entre ellas, conocer permanentemente nuevas situaciones y personas. Es un oficio que se trabaja bajo presión, y en exceso demandante y absorbente. A quien no le apasione, la misma profesión terminará por aplastarlo.
No para todos es así. Las formas de Kapuscinski se discuten una y otra vez en el aula. Y ese oficio apasionante se defiende desde la academia. Afuera es diferente. En los medios masivos y tradicionales –sobre todo en los que se han vendido o consagrado a una u otra ideología—siempre hay personas que no sólo corrigen o editan, sino que recortan, presuponen, falsean, cambian… censuran. Eso no es periodismo. Al menos no lo fue para “el periodista del siglo”.
Periodismo es –ante todo—libertad (no confundir con libertinaje o con textos que mediante sutilezas o falta de fundamento pretenden hacer pasar por verdadero lo que no lo es). Eso le permitió a Kapuscinski sobrevivir y destacar entre el “rebaño”: su libertad, su capacidad para observar, su forma de involucrarse en los hechos e informar desde su perspectiva (siempre verazmente), eso que llamó los cinco sentidos del periodista: estar, ver, oír, compartir, pensar.
Y, aunque a veces lo parezca, su estilo no murió con él y no lo hará mientras existan otro tipo de publicaciones. Cuando escuché por primera vez acerca de Erotana, mi primer pensamiento fue: “¿Cómo? ¿Una revista que publica de todo? ¿Lo que sea?”. Me parecía muy extraño. Quizá por esos esquemas limitados que enarbola el periodismo tradicional, esa excesiva especialización y eso que la publicidad llama “segmentación del mercado”: suplementos para niños, revistas para mujeres jóvenes, secciones de deportes, revistas científicas… en fin, públicos siempre predeterminados.
Pero, ¿quién dijo que debía ser así? En Erotana todo cabe, incluso textos periodísticos. Y esa es la cualidad que yo agradezco porque la convierte en un espacio más para ejercer el oficio en libertad. Ahí hay libertad y respeto: la libertad para sus colaboradores de escribir lo que deseen y el respeto de publicar sus textos íntegros. En mi profesión, la mayor satisfacción es ver publicado lo que se escribe tal y como se hizo, imaginó, planeó y lo estructuró.
Kapuscinski tuvo esa oportunidad, la aprovechó y le funcionó. Sobre todo cuando publicó largos reportajes como libros completos. Claro, siempre recordando, como todo periodista –a diferencia de otros escritores—que escribía para otros, no para él mismo. Sin embargo, eso no significaba coartar su libertad, limitar sus ideas, su imaginación y creatividad.
Este pequeño texto nació poco más de un mes después de su muerte (enero/2007). Por obra del azar, permaneció guardado. Poco ha cambiado y lo importante es recordar cómo ejerció Kapuscinski su oficio. Tal vez la necesidad, y también la responsabilidad, harán que los periodistas trabajemos en los medios tradicionales porque es la mejor forma de llegar a más gente y la única manera de cambiar –lo que se pueda—es desde adentro. Pero no debemos olvidar el periodismo independiente (ese que él practicó con constancia) ni a las publicaciones que le ofrecen un espacio. Es una forma de conservar vivos los cinco sentidos del periodista y de sobrevivir entre el “rebaño”.

http://www.erotanazine.blogspot.com/


viernes, 31 de octubre de 2008

Calaverita. Especialistas en medios

Por Radio y TV a Enrique se le veía estresado
Porque Silvia aún no había llegado
Y Calderón andaba muy enfadado
Pues de su información nada le habían mandado

Mientras salían malas notas para Cemex
Y se monitoreaba todo el barullo de Pemex
la huesuda en Especialistas hizo su aparición
y dijo a todos: "Pongan mucha atención":

"Aquí ya no es ni Televisa ni Ebrard el que manda,
pues de ustedes hoy me llevo una buena tanda".
Escuchó que alguien de una larga entrevista se quejaba
Y cuando vio que era Martha, decidió que se la llevaba.

Iris quiso pasar desapercibida
y Antena monitoreaba muy distraída
Pero La Parca se acercó con cautela
y, copiona, le dijo: "Vámonos, chicuela".

A la comadre por andar de escandalosa
La calaca amenazó con quitarle lo chistosa.
A Federico, Javier, Marcela y Karina
también se los llevó la muy ladina.

Ya Especialistas estaba vacío
y sin capturistas todo se convirtió en un lío
Los jefes rogaron: "Vete de una vez, Muerte,
O a todos los clientes dejaremos a su suerte".

sábado, 18 de noviembre de 2006

¿Homo sapiens?


En las líneas siguientes intentaré explicar por qué Vicente Fox pertenece a una especie anterior a la nuestra: el Homo sapiens, o incluso, a alguna aún desconocida.

En primer lugar, sus rasgos físicos coinciden con ciertas formas que tuvo el hombre antes de adquirir su apariencia actual. Por ejemplo, el Homo heidelbergensis fue muy alto (1.80 metros), característica inmediatamente reconocible en Fox. Por su parte, el Homo habilis tenía manos y brazos muy largos como remanentes simiescos: las manos del ex presidente siempre destacan por su tamaño.
Además de los parecidos físicos, el guanajuatense posee otras peculiaridades que caracterizaron a nuestros antecesores. El Homo habilis tenía una capacidad cerebral media, muy inferior a la del Homo sapiens. Esta podría ser la razón de la tremenda hazaña que implica encontrar aires de inteligencia en el decir y actuar de Fox.
Se cree que el Homo Neanderthalensis no podía producir los mismos sonidos que nosotros y quizá poseía un lenguaje, pero no sintaxis, gramática o razonamiento simbólico. Esto explica por qué el ex presidente jamás pudo lidiar con el reto de pronunciar bien la palabra Borges, así como sus constantes errores al expresarse oralmente.
Antes del Homo sapiens, no se puede hablar de manifestaciones culturales o artísticas. Quizá por eso, cultura y arte parecen ser conceptos totalmente desconocidos e incomprensibles para Fox.
Después de este rápido recorrido, resulta difícil ubicar a este personaje dentro de la cadena de especies que precedieron al Homo sapiens. Quizá es el resultado de su mezcla pero, sin duda, es la representación de un retroceso en la evolución del hombre.