miércoles, 30 de septiembre de 2009

Resienten la tromba

A tres días de las fuertes lluvias del domingo, Aureliana Ayala aún siente sus efectos.
Y es que no pudo encontrar quien le ayudara a sacar de la casa a su madre enferma pues los números de auxilio, dice, estaban ocupados.
"Mi preocupación era a dónde la llevaba en caso de que subiera más el agua", recuerda Aureliana, de la Colonia Pensador Mexicano en la Delegación Venustiano Carranza.
El nivel del agua llegó a 40 centímetros y ella, su hermano de 72 años y su madre sólo pudieron esperar a que la lluvia pasara.
"Está ahorita todo mojado y con este polvo negro que salió de las coladeras, como lodo chicloso", comenta.
Ayer fue a la apertura de un comedor comunitario, como parte del programa emergente de la Secretaría de Desarrollo Social.
Ahí, en medio de quejas por falta de luz, acumulación de basura y cobros injustificados por desazolve, Martí Batres, titular de la dependencia, repartió catres, cobijas y ropa a los afectados.
"Vamos a estar aquí el tiempo que sea necesario, viniendo todos los días, para ver cómo va avanzando la situación y en este comedor-desayunador ustedes van a tener un punto de reunión natural", aseguró Batres, acompañado por César Cravioto, del Instituto de Asistencia Social.
Pero Aureliana sigue temiendo que el techo de su hogar termine por ceder y que no haya nadie a quien recurrir para ayudar a su madre.

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